Hermandad del Santo Niño del Remedio

En el libro de actas de la Hermandad del Santo Niño del Remedio (1949) se recogen las diferentes actividades que se han venido realizando en torno a la celebración de los actos de culto de la hermandad.

En el artículo 1º del Reglamento dice textualmente: «Con el fin de difundir y propagar la suprema realeza de Jesús, a toda manifestación personal, de familia y de sociedad, y darle culto y adoración, de manera específica en su imagen del Santo Niño del Remedio, se instituye en esta parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, de la villa de El Provencio, y con superior aprobación (según derecho), la Cofradía del Santo Niño del Remedio en cuyo honor y reverencia se celebrará el tercer domingo de Septiembre una fiesta con la mayor solemnidad».

En su origen primigenio, la Hermandad del Santo Niño del Remedio nació como una hermandad de mujeres, que tiene su raíz originaria y auténtica en Bonifacia Martínez Ruiz, que quiso cumplir con una promesa de agradecimiento al Santo Niño, ofreciendo una novena por el retorno de la guerra de su padre sano y salvo, hecho que ocurrió de una manera misteriosa y poco comprensible para las circunstancias por las que atravesaba España en aquellos momentos.

Esa promesa cobró fuerza con la adquisición de una pequeña capilla para su domicilio, pero que, poco a poco, se fue propagando por las casas de la calle de Las Mesas a lo largo del año 1944. El itinerario devocional tuvo su final en una procesión con la imagen del Santo Niño que celebró D. Tomás Talavera, párroco muy querido en El Provencio y gran promotor de la devoción, y que terminó en la calle de la Molineta, número 25, donde se encontraba la casa de Adoración Casamayor y Feliciano Solera.

Así fue como creció la devoción al Santo Niño y la posterior adquisición de la actual imagen, a cargo de Bonifacia Martínez, y la creación de la Hermandad de Mujeres, por Rufina Sevilla, Teodora Casanova y la citada Bonifacia Martínez.

A este impulso se sumaría el entusiasmo y la colaboración de Julio Serrano y de Manuel Marchante, más conocido por Manuel «el Herrero», que nada más recibir la invitación comenzó a formar parte de la hermandad. Empezó a constituir la rama de hombres y, conforme iban llegando a la fragua a afilar las rejas como era tradicional todas las noches, iba afilando uno a uno a la nueva cofradía (en una noche inscribió a 19 hombres); corría por aquel entonces el año 1948.

Todos esos esfuerzos y entusiasmos permitieron celebrar con toda solemnidad una procesión por las calles engalanadas con colchas y cortinas para dar esplendor a un acontecimiento tan cargado de emoción religiosa y devoción. Era el año 1949.

Además de procesionar con sus imágenes, las hermandades son partícipes en todos los actos programados para la Semana Santa, comenzando con la víspera del Domingo de Ramos asistiendo a la Santa Misa, seguida del pregón de Semana Santa y del concierto que realiza la Asociación Musical Nuestra Señora del Rosario.

Continúan su participación en la Misa de la Cena del Señor, en la que seis hermanos del Santo Niño del Remedio y otros seis del Santísimo Sacramento representan a los dos apóstoles en el lavatorio de los pies.

Tras la procesión del Perdón, la Cofradía del Santísimo -nazarenos y San Juan- velan junto a las hermanas de María y el resto de fieles, el Santo Sagrario.

Por otra parte, en Viernes Santo se realizan los Santos Oficios, donde el Crucificado es expuesto para ser besado y adorado por el pueblo que llora su muerte.

En la Vigilia Pascual, la Cofradía del Santísimo Sacramento, la Hermandad del Santo Niño del Remedio y la Hermandad de la Virgen del Rosario, esperan el gran momento de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y su encuentro con su madre.

Su participación finaliza en la procesión de la Virgen del Rosario y de Jesús Resucitado, cantando el Santo Rosario por las calles de El Provencio.

Para más información, podéis visitar el siguiente enlace: Hermandad del Santo Niño del Remedio

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