Nos encontramos en el centro del pueblo, lugar donde confluyen las calles más importantes de El Provencio. El primero de los edificios singulares es el Ayuntamiento. En este lugar se han ido construyendo los diferentes consistorios que a lo largo de los siglos han tenido que volverse a construir fruto de la mala calidad de los materiales y principalmente de las negligencias vecinales. El último de los incidentes fue el incendio que arrasó con el edificio y todos los documentos que atesoraba durante la Guerra Civil.
A un lado del Ayuntamiento se encontraba el Mesón de la Plaza, lugar donde los viajeros comían y pernoctaban durante su paso por el pueblo. Lamentablemente el paso del tiempo acabó con este edificio singular que hasta hace poco mantenía su función como bar hasta su demolición. En el solar que se mantiene se decidió incluir dentro del proyecto de Arte Urbano en pintar la fachada del edificio con el aspecto que tuvo el inmueble, con lo que ha vuelto a la vida en forma de curioso mural.
Presidiendo la plaza encontramos una fuente que ha ido cambiando con el paso del tiempo para adaptarse a los gustos de la época. Justo detrás se encuentra el Pósito Real donde se almacenaba el grano del cereal. Tras perder su uso fue vendido por el Ayuntamiento pasando a ser usado como almacén. Finalmente el incendio que se produjo en su interior en la década de los sesenta permitió que volviera a manos del pueblo y que tras su recuperación se convirtiera en un espacio multiusos con cine club, bar y salas donde realizar actividades.